Por otro lado, el nuevo programa también tiene su "modelo mental". Es el modelo que ha sido codificado en "bits & bytes" y que es fielmente ejecutado por el CPU. A este modelo, que viene a ser ley por ser inflexíble, le llamamos "el modelo del programa". Cuando el modelo del usuario es el mismo que el modelo del programa, obtenemos una transición exitosa, con poco estrés y hasta divertida.
En un mundo perfecto lo ideal sería conocer de antemano el modelo del usurio y diseñar de acuerdo a este modelo. Pero el nuestro no es ni remotamente un mundo ideal. Y la verdad es que nuestros usuarios vienen de usar sistemas muy incómodos y hasta de mal diseño. La mayoría nunca ha usado un sistema de interface gráfico (GUI). Mas bien estan acostumbrados a pantallas monocromáticas de texto trabajando en "batch mode". Como hasta ahora han podido navegar por el laberinto de opciones numeradas entre tantos menús indenticos, es todo una azaña para mí. Además, por lo general el usuario se concentra tanto en "los procesos" y los defiende con tal vehemencia que olvida "el problema". Por lo tanto diseñar procesos basados en dicha herencia sería perpetuar mediocridad.
Logar reconciliar estos dos mundos se ha convertido en una de nuestras metas.
Reinaldo Crespo-Bazán.
Reinaldo Crespo-Bazán.
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