Sunday, November 26, 2006

El Modelo Mental

He observado que siempre que nos toca introducir un usuario nuevo a nuestro sistema, estos nunca llegan sin ideas preconcevidas. Siempre se crean ciertas expectativas sobre como es que el sistema debe de funcionar. Así es que eventualmente nos vemos con la pregunta, ¿y como se hace x proceso? Y muchas veces ese proceso al que hacen referencia y que estan acostumbrados por más incómodo y complicado que sea, ni siquiera tiene sentido dentro del diseño del nuevo sistema. Esto crea estrés para el nuevo usuario. Y es que aunque no haga sentido alguno dentro del diseño del nuevo sistema, dicho modelo es el único que existe en la mente del usuario. A este pradigma los programadores le llamamos el "modelo del usuario".

Por otro lado, el nuevo programa también tiene su "modelo mental". Es el modelo que ha sido codificado en "bits & bytes" y que es fielmente ejecutado por el CPU. A este modelo, que viene a ser ley por ser inflexíble, le llamamos "el modelo del programa". Cuando el modelo del usuario es el mismo que el modelo del programa, obtenemos una transición exitosa, con poco estrés y hasta divertida.

En un mundo perfecto lo ideal sería conocer de antemano el modelo del usurio y diseñar de acuerdo a este modelo. Pero el nuestro no es ni remotamente un mundo ideal. Y la verdad es que nuestros usuarios vienen de usar sistemas muy incómodos y hasta de mal diseño. La mayoría nunca ha usado un sistema de interface gráfico (GUI). Mas bien estan acostumbrados a pantallas monocromáticas de texto trabajando en "batch mode". Como hasta ahora han podido navegar por el laberinto de opciones numeradas entre tantos menús indenticos, es todo una azaña para mí. Además, por lo general el usuario se concentra tanto en "los procesos" y los defiende con tal vehemencia que olvida "el problema". Por lo tanto diseñar procesos basados en dicha herencia sería perpetuar mediocridad.

Logar reconciliar estos dos mundos se ha convertido en una de nuestras metas.



Reinaldo Crespo-Bazán.

Saturday, November 25, 2006

Cuidado del paciente


Recientemente vi uno de esos documentales en la televisión que te hacen meditar. Como cuando tienes una pesadilla en la que luego no puedes dejar de pensar. Mostraron caso tras caso donde se pierde la vida del paciente en las condiciones más absurdas dentro del hospital o sala de urgencias. En uno de los casos se muestra la madre de una niñita de 9 años narrando como a su hija la trataban en una sala de urgencias por la condición equivocada. La madre sospecha todo el tiempo que a su hija la tratan equivocadamente y a pesar de lo crítico de la situación no tubo nadie que le escuchase. Ante la vulnerabilidad e impotencia de la madre, finalmente la niña perdió la vida por las acciones bien intencionadas pero equivocadas de los expertos.

Recordé una mañana mientras llevaba a cabo un servicio en una oficina de anestesiólogos dentro del área de recuperación próximo al área de cirugías de un hospital. Recuerdo haber visto un niño de cinco años recuperando de una adenoctomía (extracción de adenoides). Dormía tranquilamente. Mientras las enfermeras y doctores charlaban casualmente y los padres, con la típica reverencia que caracteriza estos cuadros, esperaban en una sala adyacente; alguien se dio cuenta que el niño profundamente anestesiado se había ahogado en sus propias secreciones y reflujo. Y pensar que era una operación de rutina...

La madre de la niña de cinco años, sobre cuya historia se trata la base del documental, ha comenzado un movimiento en Estados Unidos que lleva por nombre "Rapid Response Team". La idea es promover que las facilidades de cuidado médico tenga un equipo de "acción rápida" que pueden ser invocados vía una llamada telefónica para cuadros clínicos mortales donde no se logra encontrar una razón aparente para la crisis de salud del paciente. El equipo se compone de especialistas en ciertas áreas específicas y especialmente adiestrados para este tipo de situación.

Normalmente los hospitales vehementemente resisten la admisión de error u omisión en el cuidado médico. El costo financiero que representa tal admisión es tan enormemente alto que los hospitales recurren a ocultar lo sucedido. Esto patrocina una cultura de mediocridad y estancamiento en el cuidado del paciente. Sin embargo, poco a poco la entidad sin fines de lucro que promueve la creación del RRT está logrando "evangelizar" la industria del cuidado médico. Una vez un hospital acepta, ellos llegan con un "RV" y comienzan a organizar y a llevar a cabo una serie de adiestramientos hasta lograr el objetivo. De paso, se sustentan con donaciones.

En uno de estos hospitales una mujer narra su caso como paciente de cáncer que en medio de su quimioterapia comenzó a perder el pulso. Inicialmente la reacción de las enfermeras fue suspender la quimio y esperar que el paciente regresara por cuenta propia. Sin embargo, el cuadro cada vez se hacía más negro. Finalmente se llamó el RRT quienes encontraron que el paciente sufría en ese preciso momento de un ataque cardiaco. La mujer sobrevivió la experiencia para poder narrar lo sucedido gracias al RRT.

Muchos de los errores suceden por la administración de medicamentos a los que el paciente es alérgico y/o por la misma interacción entre los mismos. Con esto en mente tomé la decisión de proveer a nuestros clientes la posibilidad de integrar el cotejo de interacciones, reacciones adversas, y efectos alérgicos de una manera automatizada. Finalmente, tenemos una actualización del sistema de farmacia para hospitalizados (IPD), que provee la opción para el cotejo de interacciones.

Esperando que de alguna manera esto ayude a mejorar el cuidado al paciente, ponemos este centavo en la alcancía como nuestra aportación.



Reinaldo Crespo-Bazán

Friday, November 03, 2006

Agapito


Admiro mucho el talento y casi todo lo que escribe Manuel Rivera. Un jíbaro de Naranjito. Para mí, uno de los mejores escritores de estos tiempos. Sabiendo que un mismo tema no apela a todas las personas, he pasado un buen rato tratando de escoger cual de todos los que tanto me gustan, compartir. Finalmente escojí el tema de Agapito, el individuo que existe en toda sociedad y que seguro reconocerán. Disfruten.

Agapito --basta ya,
no seas tan embustero,
tan canalla y majadero,
anda y dime la verdad.
Donde está la dignidad
que te enseñaron tus viejos,
se perdieron los consejos,
vaya que barbaridad.

Cuando me encuentro ocupado
es como una maldición,
trae una conversación
con un suceso inventado.
Camina de lado a lado
con el ceño muy fruncido,
tal parece que ha creído
la mentira que ha cuajado.

Vaya el entretenimiento
que se inventa ese maldito,
sabe de todo un poquito
desperdiciando el talento.
Se desplaza tan contento
como un perro con dos rabos,
un maestro atando cabos
repitiendo el mismo cuento.

Ya me tiene abacorao
y eso no se lo perdono,
porque tiene tanto tono,
mas tonos que un seis chorreao.
El cerebro saturado
de paquetes sin residuo,
estoy a ley de intensivo
de la pela que me ha dado.

Posee tantos recursos,
se evade de tanta maña
y ataca como piraña
para emprender su discurso.
Yo pienso que en un concurso
de oratoria y resistencia,
se muere la competencia
a la vez que toma impulso.

Y cuando habla de religión
es un acontecimiento
mezcla el viejo testamento
con esta generación.
Inventa historias que son
un verdadero quebranto
y le cambia el nombre a los santos
sin ninguna compasión.

Y si le mencionan el arte
y logra montar tribuna,
jamás ha perdido una,
el hombre es un caso a parte.
Casi logra hipnotizarte
aunque tiene poca escuela,
dale un buche de tachuelas
para que puedas safarte.

Amante del juramento
poniendo a Dios por testigo,
llega a un acuerdo contigo
y se le olvida al momento.
Falla a cada ofrecimiento
sin importar un comino,
un fracaso del destino
que merece un escarmiento.

Y cuando ocurre un accidente,
la realidad exajera
y la cambia de tal manera
que condena un inocente.
Y al llegar cada pariente
se torna tan afligido,
el rostro mas confundido
que la cara del paciente.

El le a anunciado la muerte
a la gente saludable.
Con frialdad incomparable
en difunto lo convierte.
"Se le terminó la suerte,
al hospital lo llevaron,
lo abrieron y lo cerraron,
y ya está de cuerpo presente".

Y en las noches de velorio,
él toma la iniciativa
y de esta manera cautiva
la atención del auditorio.
Cuando llega a un consultorio
llama al médico "pariente"
y marea a los pacientes
con el mismo repertorio.

Y el hijo por inocencia
repite lo que él proclama
adquiriendo así la fama
que le han dado por herencia,
agotando la paciencia
del abuelo y de la abuela,
los compañeros de escuela
no soportan su imprudencia.

No comprendo a mucha gente,
se alimentan de mentiras,
descargan toda su ira
con el que encuentran de frente.
Y al ser humano decente
lo tienen acorralado,
maltrecho, desesperado,
una víctima inocente.

Este virus venenoso
es tan viejo como el hombre.
Muchos le han cambiado el nombre
de embustero a mentiroso.
Como el SIDA es contagioso
el síndrome del engaño
y su punzada hace mas daño
que el escorpión ponsoñozo.

La verdad es cristalina
como el agua de la fuente.
No sé porqué tanta gente
sin piedad la contamina.
Se cuadran en una esquina
a pelar un semejante.
Al decente, al maleante,
al vecino, a la vecina.

Perdonen que sea tan franco,
pero el mal es tan severo
que llegó del jornalero
al hombre de cuello blanco.
Dá un satánico espanto
y a la damas, por respeto,
no digo el cuento completo,
de la verguenza me aguanto.

Sepan todos a conciencia
que de haber un parecido
con algún ser conocido
es por pura coincidencia.
Se me agota la paciencia,
no soporto mas allá.
¡Agapito! --basta yá,
al Diablo con tu imprudencia.



Reinaldo Crespo-Bazán.